El Instituto de MM. Dominicas de N. S. de las Victorias, perteneciente a la Familia Dominicana, vivimos gozosamente en el espíritu de Santo Domingo de Guzmán y nos sentimos unidas a la Orden de Predicadores en la misión de proclamar el Evangelio y velar por la salvación de las almas.

Nuestra norma de vida es el seguimiento de Jesús tal como se propone en el Evangelio, mediante la práctica de los consejos evangélicos y la entrega al servicio de Dios y de los hermanos en la Iglesia.

Vivimos según la inspiración y el carisma fundacional de Santo Domingo y de nuestra Madre fundadora, M. Margarita Prieto Menéndez.

Elementos constitutivos de nuestro ser de Dominicas de N. S. de las Victorias:

COMUNIDAD DE VIDA

Nuestra forma de vida es comunitaria. Nos reunimos en una misma casa sobre todo para vivir unidas en el amor. La comunidad es el lugar en donde se concreta el proyecto vocacional y se comparte la vida, la fe, el trabajo, los bienes.

VIVENCIA DE LOS CONSEJOS EVANGÉLICOS

Por la profesión de los consejos evangélicos de obediencia, castidad y pobreza, mediante votos públicos, las hermanas respondemos al amor gratuito de Dios, que fiel a su alianza, nos llama a una consagración total.

ORACIÓN

Liturgia: con la Iglesia universal, celebramos la fe en actitud de alabanza y agradecimiento por la presencia de Dios en el mundo y en la historia.

La Eucaristía eje y centro de nuestra vida, construye, alimenta y fortalece la comunidad.

Oración privada y comunitaria: es expresión de nuestra fe, nos da fuerza para vivir alegres en la esperanza.

La Palabra de Dios: leída, interiorizada y compartida, a la luz de la historia y de los acontecimientos.

La Virgen María: La relación filial con María, modelo de fidelidad y  esperanza, nos encamina a la devoción del rezo del Rosario oración mariana y evangélica por excelencia.

ESTUDIO

Como Dominicas, el estudio es elemento esencial, indispensable para el ejercicio de la misión como anunciadoras del evangelio. Estudio asiduo, búsqueda de la Verdad, que alimenta y mantiene al día nuestra formación en lo espiritual y doctrinal y en lo específico y técnico.

MISIÓN

En fidelidad al mandato de Jesús: «Proclamad la Buena Noticia hasta los confines de la tierra», nos sentimos urgidas a llevar la Palabra de Dios, que ilumina, fortalece y sana.
Nuestro fin peculiar es la educación cristiana de la niñez y juventud en colegios y comunidades parroquiales.